jueves, 22 de diciembre de 2011

"¿Policías y ladrones en el aula?": Jorge Alberto Velásezquez, en El Mundo de Medellín

http://www.elmundo.com/portal/opinion/columnistas/policias_y_ladrones_en_el_aula.php


"¿Policías y ladrones en el aula?


Autor: Jorge Alberto Velásquez Betancur
22 de Diciembre de 2011



Antes se decía que el alumno era para el profesor lo mismo que la arcilla para el orfebre y el artista: un dócil material para dar forma, pulir y entregar a la sociedad como una obra de arte.

Antes se decía que el alumno era para el profesor lo mismo que la arcilla para el orfebre y el artista: un dócil material para dar forma, pulir y entregar a la sociedad como una obra de arte. Hoy esa afirmación queda fuera de contexto, porque desconoce la identidad del sujeto que aprende, su autonomía y su propia capacidad de expresión. Pero así como no puede decirse que el alumno que llega a la institución educativa sea un pedazo de barro para moldear, la relación educativa tampoco puede reducirse a un asunto de buenos y malos, según la visión de quien juzgue.

Sorprende que el tema preferido de muchos profesores sea el de hablar mal de sus estudiantes y, al hacerlo, el de trasladar las responsabilidades por las carencias y vacíos al nivel inferior de la escala educativa: la universidad critica los vacíos del bachillerato, la secundaria se queja de la primaria y la primaria, seguramente, se queja de la familia, porque parece haber abdicado de su misión formadora y educativa por la de simple proveedora de bienes materiales.

No se trata de forzar la cadena para esperar que se rompa por su punto más débil, sino de analizar el sistema educativo en su conjunto, para replantear su papel en la sociedad y redefinir sus responsabilidades. No se trata solo de dar preferencia a la cantidad (todos los gobiernos hablan de cobertura) sino de reforzar los estándares de calidad a la luz de la realidad y de las necesidades colombianas en relación con la época y con las demandas sociales. Y esta revisión debe partir de un punto preciso: que todos los actores del proceso educativo tengan un alto sentido de autocrítica.   

Antes de seguir alimentando el juego de policías y ladrones en el aula de clase, el sector educativo debe recuperar su capacidad de autocrítica y ponerse cada quien en su sitio: los estudiantes deben reconocer que no van al colegio o a la universidad por un título, sino a aprender; los profesores también deben comprender que no se las saben todas, que su responsabilidad es la formación de los alumnos que les entrega la sociedad, vengan bien o mal preparados del ciclo anterior, y que la autoridad emana del conocimiento. A su vez, la sociedad y las instituciones educativas deben valorar más a los profesores, entender que la competitividad no está en las horas de clase a cargo sino en la calidad del proceso pedagógico, que requiere de mucha investigación, teniendo en cuenta que cada hora que se comparte en el salón de clase tiene el sustento de muchas horas de preparación y de otras tantas de evaluación.

Hoy el proceso de formación y aprendizaje se mira más como una relación dialéctica en la que estudiante y profesor aportan y ambos ganan. No es una simple transmisión de conocimientos acumulados, sino una recreación del conocimiento, articulado por la deliberación y la sana crítica.

Esta precisión es necesaria para situar el debate sobre el proceso de formación de los nuevos profesionales colombianos en sus justas dimensiones, que se aparta mucho de ser un simple juego de buenos y malos, como se ha querido presentar durante estos días.

Fenómenos como la globalización y los cambios sociales, económicos, culturales y tecnológicos que vive el mundo de hoy, hacen mayores las exigencias en la formación de los profesionales de todas las áreas del conocimiento. La mayor responsabilidad en el cumplimiento de esta exigencia recae sobre el sistema educativo formal o institucional, que tiene la misión de formar a los estudiantes en competencias básicas, ciudadanas y laborales, tanto generales como específicas, para que puedan alcanzar los niveles esperados de desarrollo personal y social, sean ciudadanos activos, críticos y responsables y se desempeñen con éxito en el sector productivo o de servicios".

No hay comentarios: