martes, 31 de mayo de 2011

"LOS JÓVENES Y EL CAMBIO", ÁLVARO LÓPEZ EN EL MUNDO DE MEDELLÍN

POSIHÜEICA
Los jóvenes y el cambio
Autor: Alvaro T. López
30 de Mayo de 2011



Cuando las sociedades adoptan su propio ordenamiento, se parte de la concepción ética de los ciudadanos que conforman el poder legislativo, y en general la de las élites reinantes...

Cuando las sociedades adoptan su propio ordenamiento, se parte de la concepción ética de los ciudadanos que conforman el poder legislativo, y en general la de las élites reinantes, para entronizarla como la norma universal que supera y se impone a la individualidad de los habitantes de un estado.  Esto es lo ideal, cuando la suma de los ciudadanos escoge de entre sus hombres y mujeres a los mejores, a los más preparados, a los que más conocen a su pueblo, a los que pueden preservarlos de la destrucción de las instituciones y la decadencia. Pero ¿qué pasa cuando la sal se corrompe? ¿Qué hacer cuando la dirigencia política, parece que en un gran porcentaje, se compromete en casos de corrupción y mal gobierno?

Puede ser un problema de difícil solución, si se tiene en cuenta que se trata de la desviación funcional de los precisamente expertos en el tema, que se aseguran por múltiples medios y mecanismos de que su enorme poder no sea menguado por nada ni por nadie.

Los partidos han sido reemplazados por movimientos emergentes, candidaturas avaladas por firmas que se recogen en la calle sin mayores dificultades, líderes de barriada que ayudan en la compra de conciencias, y por el comercio de avales. Los mismos corruptos de siempre engatusan a los muchachos que ilusionados se acercan a la política, con hipócritas mensajes de decencia y transparencia. Los cargos del estado reemplazaron las ideologías, para volverse fundamento político del grupo dominante.
Ya no hay regiones, ni actividades, ni partidos, exentos del escándalo de la corrupción. Los jueces probos y honestos, que son muchos, se quedaron solos pues la cúpula de la Justicia se dedica a perseguir enemigos personales y a amañar las pruebas. La Ingeniería ha quedado por el suelo, por cuenta de unos pocos que se favorecen de las prácticas corruptas que han permeado el sistema de contratación estatal. Los organismos de control del Estado, en muchos casos se han convertido en las terrorías de la oposición, sirviendo a los que conceden puestos y prebendas, y amedrentando, desalentando y escarmentando a los ciudadanos cumplidores de sus deberes, que creen firmemente en la acción del aparato para defender sus honra, vida y bienes.

Solo nos queda la esperanza de la revolucionaria mirada de la gente joven, que se decida por la construcción de una patria nueva, desoyendo a los malos que no asumen la política como la vocación de servicio que debe ser, sino como una actividad que empodera y enriquece, que se usa para fines propios y torvos. Les entregamos un país con muchos problemas, al borde de la liquidación, pero la educación y la experiencia ajena les deben servir a los que vienen, para tomar la decisión de construir su propio hábitat. Los nuevos, por edad, por actividad, tienen la obligación de hacer el cambio, y hay que comenzar por pedir cuentas y desechar a los malos. Los mayores podremos irnos en paz, cuando sepamos a los hijos y a los nietos tomando la bandera de la decencia y el orden. Hay que derrotar la maldad y la concupiscencia de las riquezas mal habidas.

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